Se cambian "veintiunos".

En mi muy lejana postniñez y entrando a la preadolescencia, la época de secundaria era la gran época de descubrimientos y retos, tanto a nivel personal, espiritual y sexual; descubríamos que nos salía pelo donde antes no lo teníamos, que a las niñas les crecían protuberancias donde antes parecían tablas de surf y sobre todo, que ésas protuberancias se veían MUY BIEN y eran suavecitas y deliciosas. Uno de ellos, el más socorrido por los chavos que éramos tímidos con el sexo opuesto (hasta los 13, yo era hipertímido con las mujeres, pero el cómo me lo quité es otra historia, bastante escabrosa por cierto) eran los famosos "veintiunos".

Para quien no los conozca o sepa de ellos o (peor aún) no se acuerden, paso a ejercitar mi memoria: El famoso "veintiuno" era un simplísimo boleto de transporte público estatal (El transporte privado no otorga comprobante de viaje, vulgo "boleto"...), en el cual se sumaban los números de folio y el afortunado que sumara 21 puntos, era el ganador de un beso de la chica que los intercambiara. Encontrarlas era fácil, en la secundaria estaban etiquetadas como las más "zorras" y fáciles de todas las muchachillas (Y obviamente, las más "desarrolladitas" y hormonalmente avanzadas), justo es decir que las chiquillas más "decentes" no cambiaban los mentadísimos 21's (O yo era muy güey y nunca lo intenté.). Los chavos andábamos por las calles con la vista fija en el suelo buscando entre los boletos de transporte desechados, sumando el número de folio mentalmente (Para algo sirven las matemáticas de secundaria, y el que lo niegue, miente, como diría Gregory House, M. D.), o viajando por camión o trolebús hasta encontrar alguno que cumpliera la condición deseada. Entonces, procedíamos a buscar a la "usuaria" de nuestra preferencia (Que reuniera las tres "G"'s de éste tipo de procedimientos: Guapa, Güila y Ganosa.) para éste tipo de intercambios, dábamos el boleto y recibíamos nuestra recompensa en forma de un beso apasionado, húmedo y que las más de las veces nos dejaba con las rodillas tembleques. ¿Qué pasaba después del veintunazo? A veces, terminaba en un reconfortante "faje amistoso" o caricias más que atrevidas, o simplemente en un "gracias", pero el misterio más grande de todos es: ¿Qué demonios hacían las chicas con los susodichos boletitos? Nunca lo supe, ni lo sabré, supongo.

Pasada la época de la secundaria, ya en la Vocacional, no faltaba el inocentote (Aclaro, ya para entonces podía considerarme un verdadero casanova, lo menos que tenía yo era inocencia en el aspecto sexual de casi cualquier tipo.) que intentaba cambiar un veintiuno. Pero esa época había quedado atrás, ahora estábamos en la época de la novia "de manita sudada y boca hinchada", de la "amigolosa" (Amiga que se prestaba en más de un sentido para satisfacer tus necesidades afectivas y emotivas y hasta sexuales sin dejar de ser tu amiga.) o la famosa y nunca bien ponderada "amiguita taka-taka" (Esa muchachita que sin ser tu novia te da un beso y "algo más" sólo por el placer de hacerlo.); para el tiempo de la vocacional yo había decidido dejar atrás el destrampe de la secundaria, hacerme un muchachito estudioso (Las cinturonizas ganadas a pulso en la secundaria marcaron en más de un sentido ésa decisión.), también fue la época en que murió mi padre y debí madurar sicológicamente a mayor velocidad de lo normal, pero sobre todo, por que tenía una novia "oficial" y a la que quería muchísimo. Además, sinceramente, estar participando en un grupo Scout, el trabajo (Mi primerísimo trabajo fue de empacador de ropa interior femenina en el taller de costura que tenía un primo mío.), la escuela, atender a mi madre y al zoquete de mi hermano, transportarme entre todas mis actividades, me dejaba muy poco tiempo para andar "loqueando" y buscando otro tipo de experiencias con mujeres. Al entrar a la Profesional, coincidí con una de las "usuarias" de 21's de mi secundaria y procedimos a retomar la relación donde la habíamos dejado (Ésta vez, sin los mentados boletitos de por medio.) y lo más importante, comenzar a desarrollar la conciencia feminista que hasta ahora tengo.

Y sigo con la duda, ¿qué rayos hacían con los mentados boletitos "afortunados" las chicas?. Misterio de misterios.

Comentarios

  1. Pues a mi nunca me lo hicieron válido y eso que tenía mucha suerte (o viajaba mucho por bus) para tener boletitos con 21's :P

    Y a mi lo tímido con las chamacas se me quitó hasta los 60 XD hahahaha

    Saludines! y Buen post que evocó aqueos tiempos de manera chévere ... lástima que fui un geek consumado :P

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  2. Pues yo también fui "geek", Sinforoso. Pero también siempre tuve (y tengo) mucha suerte con las mujeres.

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  3. Supe que eran los dichosos 21's... pero en esos tiempos (Y hasta que terminé la profesional) fui el clásico NERD.

    (En cuanto dejé la escuela, también dejé ahi lo NERD).

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  4. huy, pues te dire que hasta la fecha se siguen utilizando esos boletitos, te presumo, tengo algunos guardaditos en agun lugar, eso se hace, se guardan, al menos, yo lo hice :P

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