Memorias de un Mexicano

Últimamente, me ha dado mucho por los videojuegos, específicamente la serie de Assassin's Creed ( I, II, Brotherhood, y esperando ansiosamente el III ) y que independientemente de todo el contexto de un juego de sigilo ( aunque digan los autores que no. Definitivamente, el cumplir las misiones haciendo fiesta no ayuda en nada. ) y de la carga histórica del contexto en que se desarrolla el 99% del juego ( Las Cruzadas [no las de "pachequez"] en el caso del I, el Renacimiento en el caso del II y Brotherhood ) y que parte del argumento es bastante atractivo para los amantes de la Historia y sus vicisitudes, tiene momentos que hacen de él una recomendabilísima forma de entretenerse y pasar un rato agradable. Pero no, la intención de ésta entrada no es expresar mi gusto por éste videojuego, sino comentar una de las frases eje del guión del juego. "Somos Asesinos. Actuamos en la Sombra para servir a la Luz. Aunque otros Hombres sigan ciegamente 'La Verdad', recuer

...en tu casa lo vas a tener, reza un antiquísimo dicho mexicano ( dice el dicho y dice bien ) que resume la sabiduría cotidiana de un pueblo tan diverso, ideosincrético ( ojo, sincretismo de ideas, no "ideosincrático", de ideosincracia ), tan voluble y antitético como es el pueblo de México. ¡¡Aahhh!!, cómo empezar. Por el principio, dirían algunos. Como ya he comentado, mi padre era un hombre bastante arreligioso, casi ateo; en su época, confesar ser ateo y comecuras era sentencia segura al ostracismo social, máxime en un país eminentemente católico y que ha dado al mundo santos y beatos como para armar canastas de regalos. Y mi madre, mi santa y abnegada madre..., descendiente en línea directa de Saúl de Tarso ( o casi casi, por que mucho tiempo en su juventud lo dedico a impartir catequesis en pueblecitos y rancherías a través de todo México. ), católica de hacha y tajo, sospecho que hasta fue "cristera", nada de sutilezas ni medianías respecto a la ortodoxia en