Memorias de un Mexicano

Casi al principio de nuestra nueva convivencia ( Después del lapso de tiempo en que dejé de tener contacto con su madre, María Sara. ) Israel me preguntó casi en tono de broma si él tenía hermanos, y para su sorpresa le dije "Sí, tienes un hermano y se llama David." , exacerbándole la vena de la curiosidad por conocerlo; de hecho, a principios de febrero me hizo un intenso y extenso interrogatorio acerca de su hermano que contesté como pude con la poca o mucha información que poseía. Pasó un tiempo y a principios de agosto de éste año me dice Israel "¿No crees que sería un excelente regalo de cumpleaños que conocieras a mi hermano?"..., y la idea me gustó. Pero considerando que la relación con Laura terminó en una especie de debacle sentimental y afectiva, además que realmente la familia de ella me tiene sin cuidado y siempre los he considerado un tanto cuanto "normales" en exceso generando una tirantez muy incómoda en la relación con Laura y todo lo que l

Les platico, yo tuve alguna vez en mi vida un vecino escocés. Un hombre alegre, dicharachero, pelirrojo, en sus 35's o casi 40's, casado con una mexicana que lo hacía inmensamente feliz y que le enseñó a comer tamales, fuerte de carácter ( Después me enteré que casi es una característica nacional. ), trabajador y muy simpático. Tendría yo doce o trece años, así que la personalidad de la que ahora gozo estaba en plena formación. Y Ciarán McDermott ( Pronúnciese "Kiarán", ya que el nombre es céltico casi puro ) me dió cuatro consejos que he aplicado en mi vida, excepto en algunas ocasiones. See no evil. No ver el mal, traducido literalmente. Obviamente, al tener Ciarán raíces celtas y católicas, su sentido del bien y el mal es casi absoluto; no hay matices, no hay grises, no hay pretextos, negociaciones ni excusas. Claro, si lo aplicara al 100% sería un santo y aún estaría casado con la madre de Israel..., pero las circunstancias de la vida cambian, muchas veces para b

... y la usas sólo para mí . Tomando el estribillo de una canción viejísima de Semisonic, he pensado en dedicarle unas líneas a la sonrisa que solamente yo sé cómo sacar a la luz, y aún más a partir de ésta semana; el por qué de la nueva frecuencia de ésa sonrisa especial es que su dueña sabe que pronto, más pronto de lo que cree, estaré en Tijuana compartiendo un espacio que llamaremos "NUESTRO". La decisión era sólo cuestión de tiempo, y sobre todo, de economía. El sentimiento está ahí, la necesidad es más que obsesiva, el amor crece cada momento y sobre todo, esa sonrisa que tanto amo se está haciendo permanente. Y sólo yo puedo hacerla aflorar. La canción, aquí...

Desde que ése negro deslavado ( Su piel era como los de los jeans de los años 90's, desigual y hasta chocante. ) que era Michael Jackson tuvo a bien morirse ( causas naturales, o artificiales o lo que sea ) surgieron multitud de nacos que antes no "pelaban" o no le hacían caso a su música, ni sus bailes ni su vida ni nada que tuviera que ver con él. Es más, a cualquier pedazo de naco que vieras en la calle le preguntabas por algún aspecto de la vida del buen Jacko y te respondían con su consabido "no sé". Y además de éso, consideraban su música como propia de "fresas" o de personas diferentes a ellos. Pero de un tiempo a la fecha, he abordado transportes, coches de alquiler, mis propios vecinos ( Tepiteños de pura cepa, en un estado de naquez casi químicamente puro. ) y hasta en los puestos de discos "piratas" han proliferado los CD's de la música ( Deplorable, "popera" e intrascendente. ) y DVD's de los vídeos de éste ente,

Un día como hoy 10 de agosto hace 84 años, nació un niño en un barco que estaba a un par de días de atracar en el puerto de Veracruz, México. Sus padres, huyendo de la pobreza que imperaba en España en ésa época y de la persecución religiosa que a los seguidores de las antiguas religiones vascuences se realizaba por parte de la iglesia católica tenían el sueño de que una vez terminada la Revolución Mexicana pudieran tener mejores horizontes para criar a sus hijos. Al ser el primer hijo varón de la familia, siguieron la tradición de la familia Ortiz, la cual consiste en nombrar al nieto con el nombre del abuelo, siendo el pequeño la 16a. generación que hacía éste ritual. Carlos Eduardo Ortiz de la Fuente era su nombre completo; al ser registrado ya en México como ciudadano con plenos derechos y obligaciones, el "de la" desapareció para siempre de su apelativo. Aparentemente, fue un niño normal. Su padre ( mi abuelo, don Felipe Eduardo ) puso una panadería en el barrio de Tali

En mi muy lejana postniñez y entrando a la preadolescencia, la época de secundaria era la gran época de descubrimientos y retos, tanto a nivel personal, espiritual y sexual; descubríamos que nos salía pelo donde antes no lo teníamos, que a las niñas les crecían protuberancias donde antes parecían tablas de surf y sobre todo, que ésas protuberancias se veían MUY BIEN y eran suavecitas y deliciosas. Uno de ellos, el más socorrido por los chavos que éramos tímidos con el sexo opuesto ( hasta los 13, yo era hipertímido con las mujeres, pero el cómo me lo quité es otra historia, bastante escabrosa por cierto ) eran los famosos "veintiunos". Para quien no los conozca o sepa de ellos o ( peor aún ) no se acuerden, paso a ejercitar mi memoria: El famoso "veintiuno" era un simplísimo boleto de transporte público estatal ( El transporte privado no otorga comprobante de viaje, vulgo "boleto"... ), en el cual se sumaban los números de folio y el afortunado que sumara