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Mostrando entradas de diciembre, 2009

El Helicóptero de Navidad.

La cena de navidad de ayer ( ojo, siendo ateo no celebro la navidad, ¿vale? ) fue el culmen de un día de limpieza ajetreado y reconfortante. La compra de los manjares que degustaríamos en la cena corrió a cargo del miembro más joven de la casa, mi hijo Israel, y como él tenía antojo de pollo, y no había presupuesto en la mañana para que me pusiera a cocinar, optó por acercarse a la casita del Coronel Sanders más cercana a la casa, adquirir una buena cantidad de pollo frito estilo Kentucky con sus acompañamientos, y disfrutar de una cena en familia ( Abuela, padre, hijo y gata ). Con lo que no contaba es que la persona que lo atendió o ya estaba muy cansada o de plano era estúpida, por que querían forzarlo a comprar un paquete más grande del requerido, y después de la consiguiente sesión de gritos y sombrerazos, le dieron lo que él pidió y que ya había pagado. A la hora de la cena, nos dimos cuenta de la sutil y cruel venganza de la persona que lo atendió..., junto con UNA pierna, UN mu

Las Navidades del Dragón de Madera.

La época invernal para mí siempre ha sido una de las más felices, independientemente de su contenido. Simplemente, ODIO el calor, y cualquier clima que no me haga sudar como verraco para mí es bueno o excelente. Pero específicamente, tengo tres o cuatro navidades grabadas a fuego en la memoria... La primera, tendría como 8 o 9 años, y había descubierto que existe un deporte llamado Football Americano. Me fascinaba ver las formaciones de los jugadores, las jugadas espectaculares, fuí testigo presencial ( bueno, por televisión ) de la llamada "Inmaculada Recepción" de Franco Harris para ganarle a los Raiders de Oakland, la Cortina de Acero...; así que ésa navidad le pedí a Santa Claus un equipo completísimo de jugador de football americano, hombreras y casco incluídos. En ése entonces, inocente como era yo ( he de decir que me identifico mucho con el chiste ése de "¿De qué se ríe Santa Claus? De las cartitas de los niños pobres. ) suponía que Santa Claus haría lo imposib

La Gran Marabunta.

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Aunque más bien, debería hablar de dos marabuntas. Existe una raza de hormigas que viven en Sudamérica, que son conocidas como hormigas de fuego y los caribes las llamaban "marabunta". No son territoriales, no construyen nido, se dedican a viajar como un todo y a arrasar con todo lo que se encuentran a su paso ( se han filmado un par de películas Clase B sobre éste hecho ), además de ser una cantidad calculada en MILLONES de individuos. Altamente agresivas, comen plantas, animales, atraviesan arroyos y escalan montañas. Nada está a salvo de ellas y la única manera de combatirlas es con fuego o gasolina. Se han dado casos que hasta reses enteras se han devorado, dejando en la ruina a los ranchos ganaderos de la Guyana. Ahora bien, en México se tienen dos marabuntas decembrinas. Una de ellas, las pinchemilseiscientas peregrinaciones a la basílica de Guadalupe. Personalmente puedo decir que los visitantes son millones, cada año más y más, ejerciendo las más diversas actitudes, l