Relatoría de mi viaje a Tijuana.

Jueves 15 de junio de 2010.
23:15 Israel y yo llegamos al AICM, nos dirigimos a cenar al Cinnabon's. Segunda vez en mi vida que le escucho decir "estoy lleno" después de zamparse un rollo de canela y un capuccino frío. Mandamos SMS's de broma a Rosario, que no resultan como esperábamos.
23:50 Israel regresa a casa. Procedo a buscar el área de la aerolínea que seleccioné. Me informan que los mostradores se abren al servicio para los pasajeros hasta las cuatro de la mañana. ¡Mardita sea mi estampa!

Viernes 16 de junio de 2010.
0:20 Comienzo a leer un poco "El Silmarilion" de Tolkien, para distraerme y pasar el tiempo. El celular comienza a preocuparme por la batería, no creo que dure.
1:40 Comienza a bajar la temperatura, me cierro el rompevientos. Bendito sea.
1:46 Encuentro un enchufe, cargo la pila del celular. Me vale, necesitaré música por tres horas y media.
1:55 Cambio de lugar, de las bancas tubulares al suelo de mármol pulidísimo y helado. Es mucho más cómodo, ya sentía las nalgas como waffles.
2:15 Comienzo como que a sentir sueñito. Pinche espresso doble, no me ayuda más que a acrecentar mis agruras. Casi he memorizado las reglas de seguridad del aeropuerto, mismas que se transmiten a todo volumen en las televisiones repartidas por todo el aeropuerto. ¿Los pedos se detectarían como explosivos en la cámara de aire? Sospecho que los míos sí; a ver si me dejan subir al avión. Ya sea por éso o por el disfraz de fedayín que me cargo con mi palestina y el rompevientos amarillo y negro.
2:35 O sea, ¡no tengo madre!, de plano ya me acosté en el piso helado, sólo separado de éste por 3 milímetros de rip-stop de nylon. Afortunadamente no soy el único y tengo pretexto. Mi rodilla comienza a respingar el cansancio de casi 24 sin dormir y un día tenso en la oficina.
2:45 Celular cargado. Ora sí, échenme todas las horas de vuelo que se les hinche la gana...
2:53 Llamada de Charito, la última antes del vuelo que nos reunirá por fin. Ahora sé cómo seré recibido: golpe, patada y beso, en ése orden. ¡Cuánto amor! jajajajaja
3:50 Me informan en el mostrador que el registro de pasajeros comienza a las 4:30.
4:07 Siguiendo las instrucciones del protocolo de seguridad del AICM (el cual después de cuatro horas de escucha continua siento que se impregnó en mi ADN) me despojo de objetos metálicos, llaves, cinturón, teléfono celular, monedas, etc., etc., que guardo en el conveniente cangurero de la mochila. Comienzo a desesperarme, máxime por que como en viaje de autobús, inmediatamente detrás mío en la fila, una familia con dos chamacos gritones. Pa'mis pulgas, carajo.
4:30 Puntuales como lores ingleses con relojes suizos, soy el primerísimo en registrarse. Para mayor abundamiento de mi frustración (la cual ahogaré en un café Select del 7Eleven, que ésos que saben a chis) me informan que a partir de las 6:20 ya podré pasar a la sala de abordaje. ¿Alguna especie de acto de piratería en ciernes? Su recomendación de "no le haga caso a las pantallas, siempre están mal" hace que un escalofrío domine mi espina dorsal.
5:00 La sala de mostradores de Interjet que hasta hace unos momentos parecía un cementerio, en cuestión de 30 minutos parecía el área de boletaje en la Central Camionera del Sur en Semana Santa, atascada de gente, maletas, bultos, y lo juro por mi madre, hasta cajas de cartón de reconocidas marcas de granjas avícolas en las que se transporta huevo, amarradas con mecate había . Gracias a mi natural simpatía (o a que me vio que puse cara de "no la chinguen, hora y media más de espera"), el guardia de seguridad me indica que si deseo puedo pasar a la sala de abordaje (reminiscencias del Pirates de Zynga en Facebook vinieron momentáneamente a mi memoria) y no lo pensé un segundo más. Después del "check in" más rápido hasta el momento en Interjet, procedo a caminar los casi 300 metros dentro del aeropuerto hasta la sala B de abordaje. ¡¡Qué belleza!!, asientos mullidos, casi como para gente decente, y hasta el típico "condecho" huarachudo usando una Macbook tenía presencia en la sala. El problema de las aerolíneas de bajo costo es que también las usan los nacos que escuchan música de banda en sus celulares SIN audífonos. Malhaya mi suerte, ni en el momento más importante de mi vida de los últimos veinte años me puedo librar de ésta plaga. Pequeño detalle, no hay área de fumadores, así que tendré que morderme un huevo y pellizcarme el otro y aguantarme las ganas de echar humo.
6:30 Con una hermosa voz pero una dicción en español e inglés que los hacía indistinguibles, una locutora comenzó el juego de "Clasifiquemos a los Pasajeros por Destino", pero solamente para Mexicana de Aviación y subsidiarias. ¿E Interjet como para cuándo, perdón? Cinco minutos después (agradecidísimo por que el naco del celular se levantó de su asiento y nos privó de seguir escuchando a la Banda de San Tinguindín de las Vacas con su más reciente, único y espero que el último éxito "Dejaste tus calzones en la sala otra vez" o una nacada de ese calibre). terminó su perorata y pusieron el aire acondicionado en el modo de "pingüino emperador".
5:43 Mea Culpa, doña Chicles también anuncia los vuelos de Interjet. Y bueno, tengo tres cuartos de hora para captarle el acento y medio imaginarme qué quiso decir. Los Toto-Topos (una caricatura más vieja que mis dientes permanentes) viene a mi mente inmediatamente, por aquéllo del "¿qué dijo?".
6:00 Lo dicho, el inglés de doña Chicles deja muchísimo qué desear. Es la primera vez que escucho usar la palabra "for" para referirse a un destino. ¡Háganme el favrón cabor!
6:02 Comienzan a abrir los negocitos del pasillo de la sala de espera (me resisto a llamarla "de abordaje", máxime que faltan las planchas y arreos de cuerda para columpiarte como Errol Flynn), dándome cuenta con cierto dejo de horror y curiosidad, ¿qué chingaos hace una tienda de Scappino (camisería, en éste caso) en medio de una sala de espera de un aeropuerto? Misterios de la mercadotecnia que en éste momento no me interesa desentrañar.
6:14 En mi caminata final para abordar el avión que me llevará a mi destino, y después de constatar que en los pasillos del aeropuerto se vende de todo, hasta un reloj más caro que todo éste viaje (viáticos incluídos, más impuestos), con muchísimo agrado observo que la empresa privada de seguridad ha contratado a gente con capacidades diferentes para fungir como módulos de información rodantes. Vaya una calurosa felicitación a una empresa que los trata como seres humanos completos. No todo es malo, chavos.
6:26 ¡Qué modernos! O de plano, la mitad del viaje será en autobús. Se tiene que abordar un Aerobús que me llevará hasta el avión. Quiero pensar que no subirá un vendedor ambulante a vender chacharitas o CD's gruperos...
6:27 Corrección. No son "modernos", más bien le dan a los pasajeros una última untadita de DF (digo, para que no lo extrañemos), por que el tal Aerobús se retaca cual pesero Auditorio-Indios Verdes un viernes lluvioso de quincena a la salida de las oficinas sobre Paseo de la Reforma. El que sepa de lo que estoy hablando debe estar atacado de risa.
6:47 Por fin avanza el aerobús. Veamos qué nuevas peripecias nos depara ésto.
6:53 Asiento 18A, ventanilla izquierda, justo detrás del ala. Y de aquí, directo a los brazos de mi adorada Charito. Por cierto que el avión va lleno, a pesar de ser relativamente pequeño, un Airbus A320-22
7:03 ¡¡Eeeeeyyyy!! La tecnología sustituye a los humanos. Las instrucciones de seguridad de vuelo los dan por pantallas, actuadas a medias por las azafatas.
7:05 Una azafata con cara de pocos amigos me conmina amablemente a apagar mi celular durante TODO EL VUELO, lo cual procedo a realizar a pesar de mi protesta que lo puse en "modo de avión"; su mirada de "lo apagas o te castro" me parece suficiente convincente. Puro pito de escuchar música durante el vuelo.
Horas varias: Durante al menos el 75% del tiempo de vuelo lo pasamos sobre cielos nublados, amenizados por anuncios, detrás de cámaras y demás de Shrek IV. Tomo un par de fotografías de buenos paisajes. Al volar sobre el Mar de Cortes nos avisan que habrá turbulencia y así.
8:10 (Hora de Tijuana) nos avisan por el sistema de sonido que comenzará el descenso del avión. ¡¡Por fin!!, llegamos. Resulta que para salir del aeropuerto, hay que sujetarse a una revisión a cargo del Ejército, PFP y Aduanas en una fila ULTRALARGUÍSIMA, media hora más con un calor húmedo que hace sudar como hipopótamo, sin aire acondicionado y rodeado de una multitud variopinta de humanos.
8:32 (hora de Tijuana) El primer abrazo, el primer beso, ambos largos y bien dados (y también, cómo no, el golpe en el brazo prometido). ¡Al fin, en casa!

Como lo demás que sucedió desde éste momento hasta que subí al avión de regreso no me pertenece sólo a mí, no lo consignaré aquí. Solamente diré que fue hermoso, emotivo, instructivo y lleno de amor. Quien tenga oídos, que escuche.

Comentarios

  1. Excelente compañero, espero que no le hayas dado un susto a Rosario...

    El evento de las 8:10 (Hora de tijuana) Me hizo recordar la escena donde Jim Carrey se encierra dentro de un Hipopótamo... (A que no recuerdas a que filme me refiero)...

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  2. Seguramente, alguna de Ace Ventura...

    Es que Carrey no es precisamente uno de mis favoritos.

    Gracias por el apoyo prestado, no sabes cuánto me ayudó. Eso es un buen amigo, no pedazos.

    ResponderEliminar

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