...en tu casa lo vas a tener, reza un antiquísimo dicho mexicano ( dice el dicho y dice bien ) que resume la sabiduría cotidiana de un pueblo tan diverso, ideosincrético ( ojo, sincretismo de ideas, no "ideosincrático", de ideosincracia ), tan voluble y antitético como es el pueblo de México. ¡¡Aahhh!!, cómo empezar. Por el principio, dirían algunos. Como ya he comentado, mi padre era un hombre bastante arreligioso, casi ateo; en su época, confesar ser ateo y comecuras era sentencia segura al ostracismo social, máxime en un país eminentemente católico y que ha dado al mundo santos y beatos como para armar canastas de regalos. Y mi madre, mi santa y abnegada madre..., descendiente en línea directa de Saúl de Tarso ( o casi casi, por que mucho tiempo en su juventud lo dedico a impartir catequesis en pueblecitos y rancherías a través de todo México. ), católica de hacha y tajo, sospecho que hasta fue "cristera", nada de sutilezas ni medianías respecto a la ortodoxia en
Pues a mi me fue bien, me hizo falta escucharte, pero todo bien, cuidando niños ajenos, convivencia con la familia, noche de domino, tragason, todo bien, jeje, pero con un calor de la fregada, que para que te cuento
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