Una sonrisa que no termina.

Ciertamente, eres un milagro. Fuiste concebido como un premio, una especie de respuesta a la esperanza de quien sabía que no la tenía. Y sonríes.

Naciste y fuiste amado, a pesar de los problemas y obstáculos, de esa locura que se llama "vida", con salud o enfermedad. Y sigues sonriendo.

Tú eres feliz, todavía en el capullo de casa..., tal vez tengas que demostrar de qué madera estás hecho, pero aún no, tal vez después..., sin dejar de sonreír.

¡Feliz primer cumpleaños, Thorstein Marcelo!, que tengas una vida larga y fructífera.

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