Los ateos y la navidad (y para el caso, cualquier otra festividad religiosa)
Puntualicemos dos premisas, a saber:
1.- Un ateo que se considere a sí mismo congruente, no CELEBRA ninguna fiesta religiosa.
2.- La navidad es una fiesta religiosa.
Y ahora, el desglose. Desde que hice mía la etiqueta "Ateo Militante" (Hará unos 30 años, más o menos...) dejé de interesarme en verme inmiscuido en la vorágine de compras compulsivas, ir a "comprar el regalo perfecto", cocinar como una maldita bruja para una recua de familiares que nada más van a tragar como cerdos (en "sentones" que no se miden en minutos, sino en kilos de comida.) y a criticar a quienes no asistieron, los villancicos, la puesta del nacimiento, la expectación de recibir un regalo de alguien, ésto, lo otro y lo de más allá, actividades tendientes a celebrar el nacimiento de un judío que sabemos que no existió, y que dizque fundó una religión (o varias, según se vea.) para beneplácito de cientos de miles de dirigentes que se enriquecen y ganen poder a través de promover la falacia y la ignorancia.
Personalmente, eso del "espíritu navideño" es meramente una de las estupideces más grandes que existen. Según recuerdo, al tal judío ése que dicen que nació en Belén de Judá hace 2,018 años no le regalaron nada cuando nació, (la visita y regalos de los Magos de Oriente es un añadido premedieval a la tradición cristiana.), y sobre todo, ni su madre o padre salieron alocadamente a algún zoco o bazar de Judea a comprarle una bufanda o una corbata. En México para todas las empresas es obligatorio otorgar a los empleados un bono navideño, en dinero o vales de despensa, como compensación a la economía familiar y poder proveer de cierto desahogo a los bolsillos del trabajador; solamente que nuestra mexicanísima costumbre de imprimir el dinero en papel flamable (por que parece que nos quema las manos y hay que deshacerse de él de la manera más rápida posible.) evita que al regresar a trabajar el mes de enero, puedan reflotar su economía, dando pie a la llamada "Cuesta de Enero", la cual se revierte el día 15 del mismo mes de enero, gracias al pago de los emolumentos devengados durante ése tiempo. ¿Y todo para qué? Para "quedar bien con la familia", para hacer que las tiendas departamentales o vendedores ambulantes o lo que sea vendan y vendan y vendan indiscriminadamente, para "ver las caras felices de los niños" como si nunca lo hubieran hecho en su vida.
Y no olvidemos (bueno, los cretinos, que diga, cristianos ya lo olvidaron hace mucho tiempo.) que en la época navideña se esperaba que las familias adineradas donaran comida o dinero a las familias más necesitadas (Jamás trabajo, por que podrían gustarles y enriquecerse ellos mismos.), algo así como su "buena obra". No, jóvenes..., la navidad no es nada de éso, no es un Santa Claus vestido de rojo (gracias a Coca-Cola, que diseñó la imagen de ése personaje que conocemos actualmente.)deslizándose en un trineo tirado por renos voladores (Reto a cualquiera que me muestre un reno volador, por sus propios medios.) en un paisaje uniformemente nevado, de osos polares conviviendo con pingüinos y focas (Falacia de falacias. El oso se los comería a ambos, además que no hay pingüinos en el Polo Norte ni osos en el Polo Sur.) y el Expresso Polar y jaladas inventadas por los gringos para generar ansiedad por comprar, comprar, comprar, comprar y volver a comprar; y el pino navideño..., ¡por favor!, matar a un organismo vivo para unos breves momentos de felicidad. Otro pequeñísimo detalle que se les olvida a los "crestinos" es que su profeta nazareno NO FUE el único dios o fundador de una religión que DICEN que nació un 25 de diciembre. Horus (-3,000 EC), Attis, Mitra (-1,200 EC, Dionisio-Baco (-500 EC) y Krishnáh (-900 EC) comparten el mismo pastel de cumpleaños. Y al menos dos de ellos fueron llamados "Hijo de Dios", todos ellos fundaron religiones, murieron y resucitaron..., y que el tal Yehóshúa Bar Yúsef no es el dios más que del 30% o menos de la Humanidad.
¡Ah!, y por si se les ocurre llamarme "Grinch" o "Scrooge", les recuerdo que ambos personajes, gracias a la magia de la literatura (Dr. Seuss y Charles Dickens.) terminan integrándose al maremágnum de una celebración que no es más que un batiburrillo de tradiciones anteriores al cristianismo, robadas y adaptadas en los tiempos primigenios de la iglesia católica.
1.- Un ateo que se considere a sí mismo congruente, no CELEBRA ninguna fiesta religiosa.
2.- La navidad es una fiesta religiosa.
Y ahora, el desglose. Desde que hice mía la etiqueta "Ateo Militante" (Hará unos 30 años, más o menos...) dejé de interesarme en verme inmiscuido en la vorágine de compras compulsivas, ir a "comprar el regalo perfecto", cocinar como una maldita bruja para una recua de familiares que nada más van a tragar como cerdos (en "sentones" que no se miden en minutos, sino en kilos de comida.) y a criticar a quienes no asistieron, los villancicos, la puesta del nacimiento, la expectación de recibir un regalo de alguien, ésto, lo otro y lo de más allá, actividades tendientes a celebrar el nacimiento de un judío que sabemos que no existió, y que dizque fundó una religión (o varias, según se vea.) para beneplácito de cientos de miles de dirigentes que se enriquecen y ganen poder a través de promover la falacia y la ignorancia.
Personalmente, eso del "espíritu navideño" es meramente una de las estupideces más grandes que existen. Según recuerdo, al tal judío ése que dicen que nació en Belén de Judá hace 2,018 años no le regalaron nada cuando nació, (la visita y regalos de los Magos de Oriente es un añadido premedieval a la tradición cristiana.), y sobre todo, ni su madre o padre salieron alocadamente a algún zoco o bazar de Judea a comprarle una bufanda o una corbata. En México para todas las empresas es obligatorio otorgar a los empleados un bono navideño, en dinero o vales de despensa, como compensación a la economía familiar y poder proveer de cierto desahogo a los bolsillos del trabajador; solamente que nuestra mexicanísima costumbre de imprimir el dinero en papel flamable (por que parece que nos quema las manos y hay que deshacerse de él de la manera más rápida posible.) evita que al regresar a trabajar el mes de enero, puedan reflotar su economía, dando pie a la llamada "Cuesta de Enero", la cual se revierte el día 15 del mismo mes de enero, gracias al pago de los emolumentos devengados durante ése tiempo. ¿Y todo para qué? Para "quedar bien con la familia", para hacer que las tiendas departamentales o vendedores ambulantes o lo que sea vendan y vendan y vendan indiscriminadamente, para "ver las caras felices de los niños" como si nunca lo hubieran hecho en su vida.
Y no olvidemos (bueno, los cretinos, que diga, cristianos ya lo olvidaron hace mucho tiempo.) que en la época navideña se esperaba que las familias adineradas donaran comida o dinero a las familias más necesitadas (Jamás trabajo, por que podrían gustarles y enriquecerse ellos mismos.), algo así como su "buena obra". No, jóvenes..., la navidad no es nada de éso, no es un Santa Claus vestido de rojo (gracias a Coca-Cola, que diseñó la imagen de ése personaje que conocemos actualmente.)deslizándose en un trineo tirado por renos voladores (Reto a cualquiera que me muestre un reno volador, por sus propios medios.) en un paisaje uniformemente nevado, de osos polares conviviendo con pingüinos y focas (Falacia de falacias. El oso se los comería a ambos, además que no hay pingüinos en el Polo Norte ni osos en el Polo Sur.) y el Expresso Polar y jaladas inventadas por los gringos para generar ansiedad por comprar, comprar, comprar, comprar y volver a comprar; y el pino navideño..., ¡por favor!, matar a un organismo vivo para unos breves momentos de felicidad. Otro pequeñísimo detalle que se les olvida a los "crestinos" es que su profeta nazareno NO FUE el único dios o fundador de una religión que DICEN que nació un 25 de diciembre. Horus (-3,000 EC), Attis, Mitra (-1,200 EC, Dionisio-Baco (-500 EC) y Krishnáh (-900 EC) comparten el mismo pastel de cumpleaños. Y al menos dos de ellos fueron llamados "Hijo de Dios", todos ellos fundaron religiones, murieron y resucitaron..., y que el tal Yehóshúa Bar Yúsef no es el dios más que del 30% o menos de la Humanidad.
¡Ah!, y por si se les ocurre llamarme "Grinch" o "Scrooge", les recuerdo que ambos personajes, gracias a la magia de la literatura (Dr. Seuss y Charles Dickens.) terminan integrándose al maremágnum de una celebración que no es más que un batiburrillo de tradiciones anteriores al cristianismo, robadas y adaptadas en los tiempos primigenios de la iglesia católica.
Tu eres el grinch... Ya verás que Rosario terminará convirtiendote al Navidañionismo...
ResponderEliminarYo sí soy Grinch, pero me veo arrastrada a las festividades porque toda mi familia y amigos las celebran...éso si, no doy regalos, mejor guardo ése dinero para irme de vacaciones en enero o febrero, jojo...
ResponderEliminarAcuérdense..., el Grinch REGRESA a celebrar la navidad, no es el mejor modelo para decir que no la celebramos.
ResponderEliminarY no, Rodrigo, Rosario tampoco es fan de la navidad...
Uste si saaaabe camarada!!!.. Muerte a los creyentontos y sus alucinadas.. atte el LouKas
ResponderEliminarhttp://video.google.com.mx/videoplay?docid=8883910961351786332
ResponderEliminarSaludos mi estimado!!! arderás en las llamas del infierno por hereje!!
El Mapache