De mujeres y hombres.
Pocas, muy pocas mujeres han tenido la posibilidad de decidir entre tener o no un hijo. Ya sea por ignorancia, por arraigadas ideas religiosas, por el consabido "qué dirán", o simplemente por que toman muy en serio su papel de fábricas de niños sin ton ni son. Admiro a todas ésas mujeres que deciden realizar su vida y su destino por ellas mismas y no siempre a través de tener cada 18 meses puntualmente, un nuevo hijo.
Durante mis años de viajes con los Scout, me tocaba ver comunidades de todo tipo. Y en todas ellas, mujeres rodeadas de hijos que las más de las veces no se llevaban ni dos años de diferencia entre ellos. O bien, niñas de 13 o 14 años con un embarazo más que evidente, lo cual me movía a tristeza. Una vida de un ser humano potencialmente valioso se va por un caño por que está esperando un hijo que posiblemente no desea o no está preparada para criar. Admiro a las mujeres que saben esperar a que su vida y su madurez mental es lo suficientemente alta para decidir traer al mundo a un hijo que será feliz.
Últimamente, al salir a trabajar o regresar de comer (en casa, como debe ser) he sido testigo de situaciones asombrosas. Sé del caso de una chica que ha tenido 4 hijos, todos de diferentes padres (casualmente todos en la cárcel) y aún no ha cumplido 22 años. Seguramente ella llegará a los 30 años avejentada y llena de hijos, frustrada y vendiendo garnachas en la calle. Admiro a las mujeres que saben con quien y cómo tener relaciones sexuales, y lo más importante hacerse cargo de la responsabilidad de obtener y sostener una familia.
Nosotros, los hombres, la tenemos relativamente fácil. Con desdecirse de la relación es más que suficiente para obviar el problema. Pero pocos, muy pocos hombres tienen la capacidad de hacerse responsables por cualquier resultado de una relación con el sexo opuesto. Admiro a los hombres que hacen lo posible para ser responsables a la buena o a la mala de sus acciones.
Durante mis años de viajes con los Scout, me tocaba ver comunidades de todo tipo. Y en todas ellas, mujeres rodeadas de hijos que las más de las veces no se llevaban ni dos años de diferencia entre ellos. O bien, niñas de 13 o 14 años con un embarazo más que evidente, lo cual me movía a tristeza. Una vida de un ser humano potencialmente valioso se va por un caño por que está esperando un hijo que posiblemente no desea o no está preparada para criar. Admiro a las mujeres que saben esperar a que su vida y su madurez mental es lo suficientemente alta para decidir traer al mundo a un hijo que será feliz.
Últimamente, al salir a trabajar o regresar de comer (en casa, como debe ser) he sido testigo de situaciones asombrosas. Sé del caso de una chica que ha tenido 4 hijos, todos de diferentes padres (casualmente todos en la cárcel) y aún no ha cumplido 22 años. Seguramente ella llegará a los 30 años avejentada y llena de hijos, frustrada y vendiendo garnachas en la calle. Admiro a las mujeres que saben con quien y cómo tener relaciones sexuales, y lo más importante hacerse cargo de la responsabilidad de obtener y sostener una familia.
Nosotros, los hombres, la tenemos relativamente fácil. Con desdecirse de la relación es más que suficiente para obviar el problema. Pero pocos, muy pocos hombres tienen la capacidad de hacerse responsables por cualquier resultado de una relación con el sexo opuesto. Admiro a los hombres que hacen lo posible para ser responsables a la buena o a la mala de sus acciones.
Que divertida la de los cuatro hijos.....jajaj. No tengo remedio y no quiero tenerlo.
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